24 Ene 8 consejos para prevenir los sabañones
Durante el invierno es muy común que una persona diga que tiene los pies fríos. En ocasiones puede darse esta situación únicamente como consecuencia del mal tiempo, pero hay que tener precaución ya que puede ser síntoma de enfermedad. Ante la llegada del frío intenso, es necesario prestar un buen cuidado a los pies, especialmente en ciertos segmentos de población como niños, personas mayores, diabéticos o con personas con anemia.
Tras la sensación de pies fríos, después de abrigarlos, se pueden esconder diversas patologías, muchas de ellas como resultado de falta de sensibilidad en los pies. Por otra parte, también puede haber un problema neurológico hereditario, que aparezca en primera instancia en los pies y termine por extenderse hasta la parte inferior de las piernas.
¿Por qué se tienen los pies fríos?
–Problemas circulatorios. Es considerada la principal causa de tener los pies fríos. El frío tiene un efecto directo sobre los vasos sanguíneos. Produce un estrechamiento que afecta a la cantidad de sangre que circula por las arterias y venas. De esta manera, la sangre no llega correctamente a toda la planta del pie ni a los dedos.
–Problemas neurológicos. La sensibilidad en los pies es la encargada de ordenar al sistema circulatorio que aumente el flujo sanguíneo y caliente las zonas más distantes. Ciertas enfermedades que afectan a la conducción nerviosa pueden generar un trastorno de la sudoración y una mala regulación de la temperatura del pie.
–El calzado. Los zapatos deben cumplir una serie de características de protección para los pies. Un calzado inadecuado para los meses de invierno puede hacer que los pies pierdan el calor necesario.
–El sudor excesivo o hiperhidrosis. El sudor frecuente provoca la aparición de infecciones y complicaciones en la piel. Concretamente en los pies causa un descenso drástico de la temperatura.
–Insuficiente movilidad. Permanecer mucho tiempo sentado o en la misma posición hace disminuir la activación muscular, provocando con ello una menor circulación sanguínea.
Lesiones causadas por el frío en los pies
–Congelación. Se trata de una dermatosis extrema. Se corta el riego sanguíneo en la zona afectada y termina por apreciarse en color negro.
–Sabañones. Es una inflamación habitual en la piel, que va acompañada de dolor y picor y es causada por un exceso de humedad.
–Fenómeno de Reynaud. Se produce cuando las arterias de los dedos de los pies reaccionan de forma exagerada a las distintas temperaturas. La apariencia es una piel blanquecina y zonas distales rojas.
–Acrocianosis y eritrocianosis. Son enfermedades en la piel por sensibilidad al frío debido a una dilatación de los nervios y vasos sanguíneos. En ciertos casos pueden causar úlceras.
Para combatir el frío en los pies y evitar complicaciones es preciso escoger un buen calzado aislante del frío, unos calcetines de buen material que proporcionen confort al pie, y activar la musculatura moviendo los pies al estar mucho tiempo parados o realizando masajes. De esta manera la circulación sanguínea aumenta, y con ello, el calor.
El regreso de los sabañones
En los meses de invierno es muy común que vuelvan los sabañones, una lesión que aparece especialmente en las manos y en los pies al estar expuestos al frío. El sabañón se manifiesta con un enrojecimiento e inflamación de una zona del cuerpo que provoca dolor y picor, y que tiene como principal causante el frío y la mala circulación. El frío provoca que la circulación de la sangre no sea buena y finalmente su aparición.
Las lesiones se identifican fácilmente, pues son rojo violáceo y se presentan frías al tacto. Además, en los nódulos, pueden formarse ampollas o costras y, en casos más graves, los pacientes pueden sufrir secuelas atróficas y deformidades. Lo más común es que desaparezcan en menos de una semana.
Por el momento no existe ningún tratamiento que sea eficaz para su cura. Sin embargo, los podólogos recomendamos pomadas antiinflamatorias y antibióticas para evitar la sobre infección de las heridas y algún corticoide tópico para calmar el picor para aquellos pacientes con mucha inflamación.
¿Qué podemos hacer para prevenir su aparición?
1. Utilizar ropa –calzado y calcetines– aislante del frío para reducir las posibilidades de sufrir un sabañón.
2. Evitar los contrastes fuertes frío-calor. En muchas ocasiones estamos durante un período de tiempo prolongado delante de una estufa o calefactor o con bolsas de agua caliente en los pies y posteriormente salimos a la calle, un grave error que puede traer consecuencias.
3. Hidratar los pies. Un pie con una buena circulación es menos propenso a sufrir sabañones y esto se consigue con una constante hidratación en la articulación.
4. Masajear los pies y mover las piernas (si pasamos mucho tiempo sentados) para favorecer la circulación. Al igual que en el punto anterior es importante favorecer la circulación de la sangre.
5. La dieta también puede influir. Se deben de tomar alimentos ricos en magnesio, calcio y vitaminas E, K y C. Los lácteos y la cafeína en grandes dosis pueden causar los sabañones.
6. Beber agua con frecuencia es imprescindible ya que la deshidratación puede enfriar los pies.
7. Aplicar cremas con vitamina F y ácidos grasos activadoras de la circulación. Se aplicaría en las zonas articulares, zonas varicosas y en la piel sensible al frío y la humedad. La piel necesita cuidados de carácter graso, protector y conservador del calor.
8. Es importante acudir al podólogo ante las primeras evidencias. Se evitará que la inflamación se vuelva crónica y que corra el riesgo de infectarse.
Información elaborada con la colaboración del Colexio de Podólogos de Galicia.
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