23 Dic La gota y tus pies
La gota es una enfermedad provocada por un depósito de ácido úrico. Esta sustancia, presente en la sangre, concretamente en el interior de las articulaciones, va formando un depósito de pequeños “cristales” que provocan, durante el ataque agudo, dolor, enrojecimiento y aumento de temperatura de la articulación, que se vuelve muy sensible al tacto. La mayoría de las veces afecta al dedo gordo del pie, aunque puede perjudicar a otras articulaciones, como el tobillo o la rodilla, e, incluso, a los tendones y bolsas que las rodean.
Es importante prevenir y evitar el daño irreversible en las articulaciones y disminuir los niveles de ácido úrico en la sangre. Los podólogos aconsejamos realizar un diagnóstico temprano y pautar un tratamiento adecuado, ya que pueden existir daños colaterales a nivel renal o coronario, con la posibilidad de provocar problemas vasculares que puedan afectar al corazón y al cerebro. Un podólogo especializado valorará un tratamiento precoz de descarga o de analgesia.
Otra recomendación es cuidar la alimentación y el estilo de vida. Los excesos en la alimentación, especialmente por abusos de alimentos grasos, mariscos y alcohol son las principales causas que provocan un empeoramiento de la patología en los pacientes que la padecen o son propensos a ella. Los pacientes con ataques recurrentes de gota deben tomar precauciones en sus hábitos diarios y tratamientos orientados a regular los niveles sanguíneos de ácido úrico. Consisten en una dieta equilibrada y saludable, controlar su peso y eliminar los alimentos con alto contenido en purinas, principalmente. Así, es recomendable evitar el consumo de alcohol, beber de 10 a 12 vasos de agua diarios y realizar ejercicio físico.
Los síntomas de la gota suelen durar entre tres y diez días, y luego suelen desaparecer, incluso sin aplicar ningún tratamiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, tienden a repetirse. Los nuevos ataques de gota serán cada vez más frecuentes, durarán más tiempo y sus consecuencias sobre la salud serán más graves. Pueden afectar a nuevas articulaciones y acabar volviéndose crónicos, lo que se conoce como artritis gotosa. Esta enfermedad puede llevar a reducir la movilidad del afectado.
Factores de riesgo
- Tener elevados los niveles de ácido úrico en la sangre (por encima de los 6,8 mg/dl.), trastorno metabólico conocido como hiperuricemia
- Ser hombre y adulto. El ataque de gota es cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres. Concretamente, tiene una mayor incidencia en los hombres a partir de los 40 años por exceso de ácido úrico y problemas renales. En el caso de las mujeres, suelen sufrir la afección después de la menopausia. Escasamente afecta a niños y niñas
- Ser obeso o sufrir sobrepeso
- Ingerir ciertos fármacos como los diuréticos y la ciclosporina
- Seguir una dieta rica en alimentos o sustancias que potencian los niveles de ácido úrico. Entre ellos, algunos mariscos, el pescado azul, las carnes rojas, la cerveza (con y sin alcohol), bebidas alcohólicas y refrescos.
- Haber estado expuesto al plomo
- Sufrir alguna de las siguientes enfermedades: insuficiencia renal, presión arterial alta, exceso de colesterol y triglicéridos en la sangre, entre otras.
Artículo elaborado con información del Colegio de Podólogos de Galicia.
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