Torron, atendiendo en Tokio a Liliana Fernández, jugadora de voley playa

Torron, el podólogo de la delegación española en Tokio

La entrevista se produce el jueves 29 por la noche en Tokio. Son 49 minutos por zoom mientras Marcelino Torrontegui, el podólogo de la delegación del Comité Olímpico Español (COE), pasea por la villa olímpica. No hemos encontrado un momento mejor para poder hablar. La conversación está interrumpida por mil circunstancias, porque Torron, como le conoce todo el mundo, es un personaje en el mundo del deporte y del olimpismo.

Torrontegui, asturiano afincado en Málaga donde da clases en la Universidad, ha estado en 7 Olimpiadas como fisioterapeuta, y en las dos últimas, en Río y en Tokio, también como podólogo, ha participado en unos 25 Mundiales de Ciclismo (ya ha perdido la cuenta), en equipos ciclistas de gran nivel,  ha estado 23 años en el Málaga Club de Fútbol… “Demasiadas cosas”, resume Torron. A lo largo de su carrera ha “tocado” a muchos deportistas que todos conocemos. “El otro día, sin ir más lejos, a Fernando Hierro; he tenido la suerte de trabajar con gente muy buena”. Es discreto y no le gusta alardear, pero por sus manos sabemos que han pasado ciclistas como Indurain, Armstrong, Rominger o Joan Llaneras, atletas como Martin Fiz, futbolistas como Van Nistelrooy, equipos de fútbol, balonmano, natación… “En Juegos Olímpicos he tenido la suerte de trabajar con 16 medallas olímpicas, de ciclismo, de boxeo… pero, sobre todo, como fisioterapeuta”.

Torrontegui, con la taekwondista que consiguió la primera medalla española en Tokio, Adriana Cerezo.

En Tokio ha actuado como podólogo con una decena de deportistas (muchos más como fisioterapeuta). Lo que más ha hecho han sido “quiropodias, algún problema de última hora por una ampolla debida a un cambio de calzado, pequeños ajustes por una uña que molesta, algún heloma, alguna dureza… trabajos simples, cositas muy fáciles pero muy gratificantes para el deportista”. “El deportista que llega a unos Juegos viene al 200%, bien preparado y sin problemas. Es como si tuvieras un coche superbueno y solo necesitas lavarlo cada dos días para que esté brillante y se vea bien… La gente quiere competir y alterar lo mínimo su rutina, no tocar nada, si el coche está bien, no tocar el motor”.

La metáfora del coche se cruza con la realidad. Interrumpe la charla y gira la cámara para que veamos un vehículo que pasa: “Es un coche que anda solo, sin conductor, bueno lleva un tío por si acaso, es un espectáculo”. Hay coches autónomos por toda la villa olímpica que desplazan a los deportistas de un sitio a otro.

Muchos deportistas traen sus propios profesionales sanitarios aparte de los del COE. “Cada deportista tiene su podólogo y tiene sus plantillas y su pie adaptado para rendir lo mejor posible. Aquí todo el mundo se cuida todo, desde un pelo de la cabeza, hasta el quinto dedeo del pie, la esquinita de la uña… Yo lo que hago es ayudar a que estén al 100%. Lo importante aquí no es tanto sumar como no restar”, dice con humildad. El trabajo del podólogo se realiza en el centro médico, no a pie de campo: “He hecho trabajitos aquí a gente que le ha venido bien, ha quedado muy contenta, pero son tonterías, la puesta a punto, un poquito de aquí, un poquito de allá…”.

“Aquí no vas a hacer unas plantillas ni un estudio biomecánico, es más un trabajo de mantenimiento del pie para que esté óptimo para rendir lo máximo”, continúa. En los primeros días en Tokio, ha visto, sobre todo “a los deportistas de equipo, tanto de chicas como de chicos, baloncesto, balonmano, hockey…, alguna cosilla de la selección olímpica de fútbol, voleybol playa, de judo, de artes marciales solo he visto a una persona de todo el equipo…”. La gente de deportes de equipo es la que da algo más trabajo a un podólogo: “Son los que más asistencia requieren, por la frenada, por la aceleración, por donde juegan, en el hockey por los golpes, pero son cosas muy livianas”.

Torron, con el futbolista Pau Torres.

En Tokio concurren muchas disciplinas y no todas requieren la misma atención: “Quien use el arma más intensamente, el tren inferior, tiene más problemas que quien centra el esfuerzo en el tren superior, un nadador va a tener muchísimos menos problemas que una persona que rote, que gire, que apoye, que salte, que caiga… que lleve al máximo estrés su tren inferior, tanto pierna, como tobillo como pie, los deportes de contacto, de equipo, son los más propensos a tener algún pequeño problema”.

Marcelino, en el centro médico, con la nadadora y abanderada española, Mireia Belmonte.

¿Es igual la biomecánica dentro de la misma disciplina, por ejemplo el atletismo, de un atleta que corre los 100 metros que la de un maratoniano y un marchador? “No, en ningún deporte es igual, pero en atletismo que hay muchas disciplinas, no digo nada: tú ves los apoyos que hace un velocista, un saltador, un vallista o un fondista y es otro mundo. Dentro del mismo deporte, incluso en la misma especialidad, ves la biomecánica de un futbolista y la de otro y no tienen nada que ver, ves gestos deportivos, biomecánicos, diferentes, por su tipología o su manera de trabajar, la morfología, la forma de correr, los apoyos… No existe la tipología biomecánica perfecta de una disciplina, no hay un morfotipo para todos”.

Si hay una especialidad que Marcelino domina esa es el fútbol: “En mi tesis, que es un estudio sobre lesiones en fútbol, se evidencia que el delantero tiene lesiones más graves que otras posiciones en el campo y más longevas en la recuperación, por las aceleraciones, por las deceleraciones, por los choques, por el estrés al que está sometido. Lo que está demostrado científicamente es que los delanteros se lesionan más y que los porteros se lesionan mucho menos, tanto en entrenamiento como en competición, y que hay posiciones más propensas a lesionarse, pero habría que analizar la tipología del deportista, porque si es más potente, más rápido, tiene más lesiones de pierna y pie; el tobillo, comparado con la pierna, es una zona mucho menos lesiva”.

Entre las lesiones más habituales que pueden producirse en unos Juegos, Torrontegui señala el esguince, pero destaca que “la delegación española es muy grande (más de 300 deportistas) y no hemos tenido en la primera semana de competición ninguna lesión de pie”. De hecho, hasta el jueves la única lesión había sido la del segundo capitán de balonmano, Viran Morros, que en el partido contra Brasil se lesionó su pierna derecha y se ha perdido el resto de la competición.

Preguntamos a Torron por los cuidados fundamentales del pie para cualquier deportista, profesional o aficionado. “La higiene, secarlo bien, la hidratación, un buen corte de uñas, tener el calzado adecuado … son las recomendaciones que hacen todos los podólogos, para el pie de un deportista y de cualquier persona. El pie de Messi vale un montón de dinero, pero tiene lo mismo que el pie de cualquiera”.

Durante la entrevista, pese a ser por zoom y estar solo (casi todo el tiempo), Torrontegui no se quita la mascarilla. Solo cuando se lo hacemos ver nos enseña su cara. Las normas en la villa olímpica son muy estrictas, pero el podólogo del COE quita importancia a la influencia de la COVID-19 en su desempeño: “Aquí estamos como en una burbuja, estamos todos muy controlados, lo peor es tener que llevar cada mañana tu saliva a analizar, pero cuando trabajas podológicamente estás acostumbrado a trabajar con mascarilla; lo peor es que no hay público, eso es un poco triste”.

Ricardo Leiva, director de Deportes del COE se incorpora a la entrevista

Súbitamente, tenemos un espontáneo en la conversación que le bromea a Torron: “¿Para qué queremos un podólogo aquí? Los podólogos, con la gente de la Tercera Edad”. Es Ricardo Leiva, el “jefe”. Ya en serio, el director de Deportes del COE, el “culpable” de que haya un podólogo en la delegación española, se dirige al periodista: “Fíjate si creo en los podólogos, si creo que es importante, que aquí tenemos al Torron. La primera vez fue en Río de Janeiro, cuando yo decidí traer a un podólogo y un psicólogo al equipo olímpico, y ahora aquí en Tokio va a haber dos podólogos, no uno. Este fin de semana, María Herreros, que ejerce en Madrid, tomará el relevo de Torron. Será la primera vez que una mujer, y además joven, acuda a unos Juegos (ya ha comprometido una entrevista con nosotos para su regreso). “En la figura de Torron coinciden dos cosas -continúa Leiva-, que es un magnífico profesional y la gente reclama sus servicios y que es una magnífica persona: es un tío que hace equipo, que hace amistad”. Torron, ya sin Ricardo presente, le devuelve los elogios: “Hay que destacar que Ricardo Leiva haya apostado por una figura sanitaria como el podólogo para que vaya a unos Juegos Olímpicos. Es muy importante porque dignifica la profesión, la valora y la pone en el mercado del deporte”.

Ricardo Leiva, a la izquierda, con Torron, en una captura de la entrevista.

Tercera interrupción. Mientras hablamos con Marcelino y con Ricardo, aparece el bus de la Selección de basket. Acaban de ganar a Argentina y asegurar el pase a cuartos. Somos testigos de cómo Gasol le vacila a Torron: “¿Te veo por todos los lados. Tú no tienes apartamento?”. “Es que tengo tres hermanos gemelos”, le responde. “Hoy nos hemos cruzado 15 veces”, se ríe.

Este cruce inesperado le trae a Marcelino una anécdota a la cabeza: “A una chica del equipo de baloncesto femenino, de las más importantes del equipo nacional, le miré el pie esta mañana, y luego hizo un partido del copón, no sé cuántos puntos hizo; y yo le dije, una de tres puntos es para mí”. “Voy a hacer veintipico”, le respondió la jugadora. “Y hoy ha hecho un buen partido. Cuando la vea otra vez le vacilaré otro poquito: Te miraré el pie antes del próximo partido a ver si haces otros cien puntos más” (este jueves la selección femenina ganó a Serbia 85-70 lo que le daba muchas opciones de pasar a la siguiente ronda).

Le ponemos todas las comillas a la palabra y le preguntamos a Torron si alguna vez ha sentido que ha “salvado” a un deportista: “En alguna vuelta a España con Tony Rominger me he sentido muy contento de haber hecho cosas que a él le han mejorado, estaba para retirarse y, trabajando con él, al final muy bien todo, siempre haces algún apañito”.

Entretanto suena su otro teléfono móvil, es de nuevo Ricardo que trata de localizarle. Torron ha entrado a la cafetería abierta 24 horas, y coge un dulce. “Tengo hambre”. Aún no ha tenido ni un respiro para cenar. Torron nos reconoce que hay más trabajo de fisioterapia (hay tres fisios, además de él que hace las dos funciones) pero insiste: “Lo que ha hecho Ricardo Leiva es impresionante. Aquí hay trabajo para todos: al psicólogo lo tienen loco, a mí me tienen loco de un lado a otro…”. Aparte del servicio médico del COE hay otros profesionales sanitarios en los diferentes deportes: médicos, fisios, psicólogos… Pero podólogos solo hay uno: ahora Torrontegui y en la segunda mitad de los juegos, María Herreros.

Si en Tokio, la skater española Andrea Martínez ha hecho historia al ser la primera española que competía en esta nueva disciplina olímpica, Torron también ha hecho historia. Además de haber sido el primer podólogo español en unos Juegos, en Río 2016, en Tokio ha debutado en este deporte. Estaba al lado de ella, como podólogo y fisioterapeuta. “La primera vez en la historia de los Juegos que el skateboard debuta como deporte olímpico y que una española compite… y un podólogo estuvo allí”, sentencia Torrontegui.

Suena el teléfono de nuevo y queda para el día siguiente a las 7:45.  “Esto es una locura, es que no paro: ayer estaba liado a las 4 y pico de la mañana ayudando a gente que había competido tarde, luego se duchan, cenan, y después se les trata ya en la habitación… y a las 7 ya estaba danzando, me ha tocado dormir poquito”, relata el podólogo. “Hay gente que está llegando de competir a la una de la mañana y, por ejemplo, los de triatlón a las 4 y media de la mañana ya estaban saliendo hacia el lugar de competición. Yo he visto a la Selección de Baloncesto venir de entrenar e ir a las once de la noche al comedor y, al día siguiente tener entreno a las diez de la mañana”, ilustra Torron con ejemplos. Pese a la intensidad del trabajo saca tiempo para disfrutar de algunas competiciones: “He visto ciclismo, baloncesto, balonmano, voley playa, ping pong, tenis… he visto de todo”.

Es casi la una de la mañana en Tokio. Torron se acerca al ascensor y me advierte que la llamada se va a cortar: “Bueno, me voy a guardar para que no venga Gasol y me vuelva a vacilar”. Este domingo 1 de agosto, se vuelve a España. Pero el 3 de agosto le espera el Campeonato de España de Natación, en Las Palmas. Tomará el relevo María Herreros. Esperamos que nos cuente su experiencia a su regreso.

Torrontegui, con Dkokovic (que dispurtará el bronce a Pablo Carreño), con el judoka español Niko Shera, con la pareja de voley playa, Gavira y Herrera, y con la tenista Garbiñe Muguruza. Hay muchas más fotos. Esto es una pequeña selección.

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