04 Sep 7 respuestas a tus preguntas sobre el olor de los pies
¿Cuáles son las razones por las que huelen los pies?
Depende de si es algo puntual o algo que nos ocurre siempre. Si es algo de un día, con un mínimo mimo se resuelve. Pero, en ocasiones, responde a una patología y no es tan sencillo. Si el olor es habitual, puede anunciar una afección (hongos, por ejemplo, aunque no siempre). Si ocurre esporádicamente no hay qué preocuparse: a todos nos sudan los pies algún día, igual que las axilas. El problema es que los pies pasan horas encerrados y con su secreción excesiva y concentrada. Esa humedad en el caldo de cultivo donde las bacterias y los hongos que emiten gases malolientes se multiplican. Entonces aparece este olor desagradable, especialmente en niños y adolescentes. Si ocurre más en estas edades es por varias razones: porque se mueven más que un adulto por lo que sus pies sudan más y el sudor es una forma de eliminar temperatura corporal; por el abuso de zapatillas no demasiado transpirables; y por una higiene inapropiada: los padres y madres a veces no le dedican tiempo al secado tras el baño y los niños pequeños no saben hacerlo bien solos. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el olor corporal es personal y hay personas en las que éste resulta más desagradable. Y también es algo cultural e individual en su percepción: hay personas más sensibles al mismo que otras. Pero, a veces, el problema puede ser más serio. Si aparecen puntitos, grietas o la piel se enrojece o, incluso, adquiere un tono blanquecino en los estadios más graves, hay que acudir al podólogo, porque el problema puede evolucionar y contagiar otras partes del cuerpo. En todo caso, en contra lo que piensa mucha gente los pies no huelen solo por los hongos o el pie de atleta. La bromhidrosis es una patología relacionada con las glándulas apocrinas que causa un mal olor indisimulable. Está causada por una malfunción de las glándulas apocrinas, localizadas no solo en los pies, sino también en axilas, genitales y pecho. En este caso, no es falta de higiene. Afecta tanto a hombres como a mujeres y puede afectar a la autoestima y las relaciones sociales. No es que se produzca necesariamente más sudor, es que estas glándulas tienen ceramidas distintas a las de otras personas. Cuando ese sudor entra en contacto con las bacterias que tenemos en la piel, produce amonio y ácido graso, que genera el olor. Se cree que tiene origen genético, pero también puede ser causado por otras enfermedades, que deben descartarse en cuanto el paciente llega a la clínica podológica. Puede tener su origen en causas metabólicas, como diabetes, tiroides o alteraciones en la glándula suprarrenal. También hay medicamentos que lo producen, como algunos antidepresivos, y factores que lo incrementan, como la alimentación: hay que huir de las especias, la cebolla o el ajo y del alcohol y el tabaco. Puede manifestarse hacia los 15 años, edad en la que comienzan a funcionar las glándulas apocrinas y no desaparece nunca, aunque en las mujeres disminuye con la menopausia.
¿Qué remedios caseros son los más efectivos contra el olor de pies (vinagre, bicarbonato de sodio, etc.)? ¿Qué propiedades tienen?
A los podólogos no nos gusta nunca hablar de remedios caseros, porque hay muchos bulos en torno a ellos. Además de esos remedios caseros populares que mencionas hay otros como la salvia, el té negro o el jengibre… Pero, en mi opinión, su eficacia es muy dudosa y lo más recomendable es acudir al podólogo. Aunque sí hay medidas que se pueden tomar para combatirlo: usar jabones con germicidas para eliminar las bacterias de la piel que son las que descomponen el sudor; también se recomiendan antibióticos tópicos en lugar de cremas hidratantes. Si no fuese suficiente, se puede acudir a una farmacia y comprar un desodorante natural compuesto, por ejemplo, por almidón de maíz, talco y óxido de zinc. Aunque no evita el sudor del todo, absorbe el exceso y es antiséptico, para aplacar el mal olor. Para los casos más exagerados, sí que aconsejo antitranspirantes, aunque solo cuando hay sudoración severa. Pero no hay que abusar de estos productos: no se deben utilizar diariamente, porque la piel tiene que sudar. Si la persona practica deporte, también puede optar por un antitranspirante potente y que contenga cloruro de aluminio al 20% y elegir unos calcetines y zapatillas muy transpirables.
¿Cómo hay que utilizar/aplicar estos remedios?
Si hablamos de remedios caseros, el más eficaz son los polvos de talco. Hay que espolvorearlos entre los dedos, en la planta, en el calcetín e, incluso, en el calzado. Como es absorbente, elimina el exceso de sudor.
¿Existen tratamientos médicos para eliminar este olor? ¿En qué consisten?
A menudo, todo lo anterior es insuficiente. Por ejemplo, cuando la bromhidrosis está acompañada de hiperhidrosis (exceso de sudor). Si es el caso, a veces se realiza un tratamiento con bótox para detener la producción de sudor. Los pinchazos de toxina botulínica pueden paralizar casi todo el sudor durante cuatro o seis meses, pero es un tratamiento temporal y bastante doloroso. Además, en los pies es un 30% menos efectivo que en otras partes del cuerpo, como manos o axilas. La piel del pie es más gruesa y las glándulas sudoríparas están más profundas. Aun así, se logra una mejoría y si se siguen los consejos del podólogo, los resultados se prolongan durante más tiempo. La última opción es la cirugía que solo se utiliza cuando el resto de tratamientos no han dado resultado, ya que deja cicatrices y es agresiva. Se hace como una liposucción debajo de la piel y se eliminan las glándulas para que la persona deje de sudar.
¿Cuándo hay que acudir a un especialista?
Admitir el problema es lo primero y después, acudir al podólogo para solucionarlo. Insisto en que la bromhidrosis, cuando hay patología, no es cuestión de higiene, sino de salud y, por lo tanto se debe acudir a un podólogo para que ayude al paciente a tener una vida normal sin la preocupación y la incomodidad del mal olor.
¿Qué consejos daría para prevenir el olor de los pies?
Cuando no existe patología es cuando la prevención cobra toda la importancia. La higiene diaria es obligatoria. Hay gente que viene a consulta y te dice que se los lava… cada cuatro días. No basta con el agua que salpica en la ducha. La limpieza debe ser escrupulosa, con jabón, frotando bien la planta y entre los dedos. Igual de importante es el secado. Recomiendo hacerlo con una toalla especial, porque los pies son la parte más expuesta del cuerpo al estar en contacto con el suelo. Hay que prestar atención entre dedo para eliminar la humedad y esperar dos o tres minutos antes de ponernos los calcetines. Si están húmedos se propicia la aparición de hongos.
¿Tiene importancia la elección y renovación del calzado en la aparición del mal olor de pies?Los zapatos y calcetines aumentan el problema si no dejan que los pies respiren. Los calcetines, y también las medias, deben ser de un único uso, y… a la lavadora. Los más adecuados son los de fibras naturales, como algodón o lana. El calzado también hay que alternarlo. No se deben utilizar dos días seguidos los mismos zapatos para que se sequen. Los de plástico y la mayoría de materiales sintéticos no son adecuados. Los mejores son siempre los de piel. Si se usan deportivas a menudo, hay que asegurarse de que sean muy transpirables.
Con la colaboración de
Marcos Villares, tesorero del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos y presidente del Colegio de Podólogos de La Rioja
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